Comenzaste el año con un propósito: renovar tu casa para que tuviera un aspecto más actual, para que fuera más cómoda o para que pareciera más grande. Pero han pasado doce meses y te das cuenta de que no lo has conseguido, al menos, del todo. ¿Qué ha podido fallar?
A la hora de emprender cambios y reformas, es muy importante no precipitarse porque el resultado puede quedar muy lejos de lo que soñabas. Si ese ha sido tu caso, quizá hayas cometido alguno de estos errores. Echa la vista atrás y lo descubrirás.
Te dejaste llevar por las modas
Quién no ha visitado en algún momento una página de decoración y ha soñado con un hogar de revista, como ese que tanto nos ha seducido al primer vistazo. Pero claro, a veces se nos olvida que cada casa es diferente, con sus metros, su distribución o su estilo.
Tal vez pensaste que era buena idea poner algún objeto decorativo de artesanía o metálico por aquí o por allá porque era tendencia. Pero pasaste por alto que esos objetos para nada combinaban con el estilo de tus muebles.
O quizá creíste que era perfecto hacer una zona de despacho en un rincón del salón. Puede que ahora te hayas percatado de que realmente no te hacía falta. ¿Lo peor? Que has sacrificado espacio de esa zona de estar que sí utilizas.
Dejarnos llevar por lo que marcan las tendencias sin analizar antes cómo son nuestros hogares o lo que necesitamos puede hacer que cometamos errores. Y lo habitual es que nos salgan muy caros.
No pensaste en la eficiencia energética
Había que hacer reformas y solo te fijaste en lo que se veía. Error. Te olvidaste de algo muy importante y ahora, con la luz y el gas a precios desorbitados, empiezas a caer en ello. Decidiste no cambiar la caldera o el frigorífico porque todavía funcionan bien, ¿pero comprobaste lo que consumen?
O puede que considerases que insuflar las paredes o cambiar las ventanas no era una buena inversión y tenías otras prioridades. Seguramente a estas alturas, los recibos ya te hayan hecho ver que estabas confundido y que sí que era un gasto más que aconsejable.
Dejaste a un lado la planificación
Las prisas y los impulsos son malos consejeros a la hora de hacer obras en casa o de cambiar el mobiliario. Y tampoco es bueno no tener claro lo que realmente quieres. El resultado puede ser nefasto. Aunque quizá ya sea tarde para ti.
Tal vez si hubieras dedicado algo más de tiempo a planificar los cambios ahora tendrías más espacio de almacenamiento. O es posible que ese sofá que te pareció fabuloso en la tienda jamás habría salido de ella y ahora no ocuparía casi medio salón.
Intentar hacerlo tú mismo
En los tutoriales siempre parece fácil. Renovar las paredes con pinturas decorativas no tiene ningún misterio, tampoco pintar esos viejos muebles o los azulejos del cuarto de baño. Y lo intentaste, con tu mejor empeño, pero el resultado se aleja mucho de lo que tu esperabas.
Es otro de los errores que solemos cometer en casa. Hay trabajos que son sencillos, cierto, pero hay otros que es mejor dejar en manos de profesionales. Al final, sale más barato y, por supuesto, el resultado será el que tú quieres.
Si has caído en alguno de estos errores en tu casa, habrás aprendido la lección. Y, si lo que estás pensando es en darle un nuevo aire en 2022, no te olvides de esos consejos que te hemos ofrecidos, pueden ahorrarte dinero y algún que otro disgusto.
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