Antes de comprar una casa, sobre todo de segunda mano, nos fijamos en todo, absolutamente en todo. Es normal, al fin y al cabo, la adquisición de una vivienda es la mayor inversión que seguramente hagamos en nuestra vida, y una mala elección puede acabar saliéndonos muy cara.
Pero, desde el lado del vendedor, también es importante esta cuestión, ya que una casa reformada aumenta hasta en un 20% su valor de mercado. ¿Pero por dónde empezar?
La cocina, la gran estrella
Es la estancia de la vivienda que más miradas atrae y que se inspecciona con más detenimiento. Una cocina en perfecto estado y con una imagen moderna da muchos puntos a un piso. Además, es también una de las zonas de la casa que más se deteriora, por tanto, comenzar por ella es buena idea.
Renovar suelos, revestimientos y mobiliario es una inversión que siempre se va a amortizar. Tampoco hace falta gastar mucho, a veces un buen lavado de cara es suficiente: pintar azulejos y puertas de armarios, cambiar la encimera y el grifo y mejorar la iluminación cambiarán por completo el aspecto de la cocina.
Los baños, los otros protagonistas
El baño es la segunda estancia que más se valora. Y también es más fácil que se deteriore o quede anticuada. Por lo tanto, también conviene una reforma si no está en las mejores condiciones.
Lo ideal es renovarlo por completo, instalaciones incluidas. Para presupuestos más ajustados, pintura de azulejos, baldosas vinílicas y unos sanitarios y grifos de un estilo más actual pueden ser suficiente.
Los dormitorios y el imprescindible espacio de almacenaje
Es otra de esas reformas que se valoran mucho en una casa. Todos almacenamos infinidad de enseres y objetos, sin olvidarnos de la ropa (la nuestra y la de hogar). Por eso, tener suficiente espacio para guardarlos es imprescindible. Hacer armarios empotrados en las habitaciones va a elevar de manera exponencial el interés de posibles compradores.
Otra solución práctica, cuando no se dispone de trastero o faltan armarios, es hacer un pequeño despensero a medida en el tendedero o la terraza. Cualquier solución de almacenaje será siempre bien recibida.
Cuestión de espacio: estancias abiertas
La pandemia ha modificado las características que muchos consideraban ideales en una vivienda. Ahora se prefieren espacios más diáfanos donde predomine la sensación de amplitud y la luz circule libremente. Además, eliminar tabiques significa ganar unos centímetros a veces preciosos que permiten, por ejemplo, crear una pequeña zona de trabajo en el salón.
Por todo ello, abrir estancias es otra reforma que hoy se valora especialmente. Y no siempre es una reforma costosa, abrir un pasillo o una cocina al salón no cuesta demasiado si no es necesario desviar instalaciones de fontanería o calefacción.
Una mirada al suelo
Es de esas reformas que no cuestan mucho ni necesitan de obras, pero que pueden renovar por completo la imagen de la casa. Si los suelos están desgastados, sin brillo o son muy antiguos, colocar sobre ellos un laminado o tarima flotante no lleva mucho tiempo ni supone un gran gasto. A cambio, la vivienda ofrecerá una imagen mucho más cálida y acogedora.
Las ventanas y el ahorro energético
Con el precio de la luz disparado, cualquier reforma encaminada a mejorar el aislamiento y la eficiencia energética de la casa multiplicará el valor de lo invertido en ella. Por eso, unas buenas ventanas y persianas con aislamiento son un magnífico reclamo en estos tiempos.
Buscando un respiro
Durante muchos años se cerraron terrazas y balcones para sumar metros útiles a las viviendas. Hoy ocurre justo lo contrario, lo que se buscan son espacios abiertos que nos permitan disfrutar del aire y el sol.
Por eso, una de las reformas que cada vez se valoran más es la de retirar los acristalamientos de las terrazas o sustituirlos por cortinas de cristal y así habilitarlas como un espacio de relax y descanso donde darnos un pequeño respiro cuando nos sintamos agobiados.
Estas son las estancias y elementos que más atención acaparan y las reformas que más pueden aportar valor extra a una vivienda. Por lo tanto, merece la pena detenerse en ellos y analizar todo el beneficio que se puede obtener con, a veces, unas pequeñas reformas.
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